El Canton Monge

LOS MONGES

Hola mi amigo ¿Cómo estás?, tengo la certeza que te acuerdas de mi como yo nunca me he olvidado de ti

Corrían la década de los setenta , sin ser muy exacto año setenta y siete , cuando fui desterrado de aquel paraje al que recuerdo con tanta claridad como si fue ayer, a pesar de que han pasado cuarenta y tres años ya.

Creo advertiste que me marchaba sin saber yo para donde, simplemente obedecía la decisión de mi papá, un día de un mes que desconozco y de aun año del que supongo era setenta y siete salimos en el Pick up de Florentino alrededor de las seis y treinta de la noche, también supongo que era estratégica la hora elegida .

Eran tiempos donde el fusil dejaba sentir su poderío empuñado por dos bandos que no se conocían pero se odiaban entre sí . más no es el punto del que me quiero ocupar , sino más bien, es alusión del porque me marche , a pesar que los días más felices los viví en tus entrañas , como no recordar tus caminitos donde corría, caminitos que me conducían al rio y si quería a menos de tres kilómetros al Lago Suchitlan, Oía los fuertes truenos anunciando un tormentón y yo de casa en casa en medio de la tormenta me metía bajo los canales de los techos de teja para que me cayera un chorrerón, la llanta marca firestone que empujaba al mismo tiempo que corría, haciendo realidad mi sueño fantástico de conducir una camioneta (bus )

Tú te apresuraste y por eso te doy un millón de gracias porque me siento como tu hijo privilegiado, pintaste hermosos cuadros y los metiste en los confines de mi moría para que nadie pudiera borrarlos y créeme ahí están intactos.

Es increíble, mágica, fantástica la conexión que hay entre un ser humano y un pedacito de tierra. Imagino que tienes nuevos árboles, zacate, escobillas, matas de chichinguaste para el curso y que a simple vista ya no eres como te deje pero que en esencia sigues siendo tú, desde luego yo también he cambiado, no crecí tanto, tengo barba y se me está cayendo el pelo, pequeñeces pero en esencia sigo siendo yo.

De los cuadros que pintaste para mí, hablaremos cuando llegue, te invitare un café y te contare en silencio o con una canción todo lo que he vivido y también interpretare tu silencio o a lo mejor el canto de un pájaro que es tu boca dándome la bienvenida y quien sabe el sonido del viento que serán tus brazos abiertos corriendo a mi encuentro . sé que nos reconoceremos uno al otro inmediatamente.

Sabes te presentare a alguien que como yo quiere verte. Él es mi primo Roberto Monge, aunque yo siendo Menjívar soy más Monge que él, seguro te sonreíste como asintiendo y consintiéndome.

Tenemos motivos diferentes y parecidos al mismo tiempo para querer verte, él porque casi no te conoció y con las pinceladas sobre lo que de ti le cuentan se emociona y yo porque te conocí me emociona volver a verte, y saber que ha sido de ti, desde aquel día, de aquel mes que no recuerdo, de aquel año que supongo era setenta y siete cuando Salí de tus entrañas

Le mostrare la posa de la tapada donde aprendí a nadar, bello remanso de agua se encuentra en el río que desemboca en el lago Suchitlan , el pósito llamado por todos los que te habitábamos el Jaguey ,donde con mucho gusto nos proveías el agua fresca que depositábamos en el cántaro de barro y la tomábamos con guacal de morro, El polvôn donde nos reuníamos por la tarde noche los amiguitos para contar cuentos de miedo que nos erizaba la piel y salíamos chipusteados cada uno para su casa porque imaginábamos que la siguampera (siguanaba) nos iba a salir

El mangón, aunque una tan sola vez recuerdo haber ido ,me dio miedo su hermosura , tantos árboles gigantes ,el suelo era una alfombre de hojas secas, que sonaban a cada paso que yo daba ,como delatándome ante los árboles que andaba un visitante para que a lo lejos dejaran caer un mangazo, el cual venia golpeando las ramas y yo saliera corriendo creyendo que quizá la siguampera andaba por allí, imagino como esos árboles movían sus ramas tal cual muchachos traviesos se reían de mí ,

Me estoy poniendo un tanto poético pero con tantos recuerdos bellos es imposible que no surja un pensamiento, unas palabra bonita para elogiar tus paisajes mi querido cantón los Monge. fuiste para mi sin exagerar en lo más mínimo mi pequeño paraíso.

Perdóname la larga ausencia pero pronto nos volveremos a ver y aunque quizá sea la última vez que nos veamos, no será motivo de tristeza sino de alegría porque reconfirmaremos que yo vivo en las huellas que dejaron mis pies como una especie de ADN en tu suelo y yo reconfirmare que tu vivirás por siempre en mi corazón por las huellas intangibles pero como si de petrograbados se tratara existen en mi mente.

Hasta Luego mi querido cantón los Monge. - Leodan Menjivar Monge

Comments

Popular Posts